Departamento de Humanidades UAM-AZC

Fuentes Humanísticas 53.- Ideas y religión en México.

Información de la Publicación

  Publicación : Fuentes Humanísticas
  Presentación : María Elvira Buelna Serrano
  Titulo : 53.- Ideas y religión en México.

Número completo

 Resumen Presentación Dossier

En este número la revista Fuentes Humanísticas dedica el dosier al análisis de la religiosidad como elemento cultural constitutivo de la sociedad. Sus autores participaron en el Seminario Ideas y religión en México, organizado por la UAM y la UNAM en junio de 2015. El dosier también incluye un segundo conjunto de trabajos diversos; se trata de cinco artículos misceláneos, uno de carácter psicoanalítico, uno historiográfico, uno de estética y dos de crítica literaria.
Esta presentación consta de dos partes. En la primera se exponen algunas reflexiones sobre el fenómeno de la religiosidad con el fin de contextualizar la temática central de esta publicación. En la segunda se presenta una síntesis de los trabajos di-versos, esperando que sea de utilidad para el lector.

1. Reflexiones sobre la religiosidad como componente del accionar cotidiano

Para analizar la religiosidad como manifestación social parto de concebirla como expresión de dos características constitutivas de los humanos: la de ser mamíferos con conciencia inter-temporal y la de formular preguntas de naturaleza ontológica para explicar su relación con el entorno.
Desde la interrogante ontológica hemos construido varias respuestas para ubicarnos como seres terrenales relacionados con el universo. Se trata de explicaciones subjetivas que dan origen al mito y conllevan la construcción de cosmogonías; cosmovisiones que intentan explicar la relación hombre-naturaleza. Estos sistemas, una vez institucionalizados, dan fundamento a la tradición y a la fe.
La cosmovisión dota de funcionalidad a cada uno de los elementos de la organización social, lo integra a una forma de concebir el mundo y de concebirse sí mismo en relación a ese mundo, establece un sistema de comportamiento acorde a sus estructuras políticas y religiosas, un campo de creencias que se institucionaliza y se mantiene como tradición.
Sin comprender la cosmovisión que da cohesión al comportamiento social no se entiende la racionalidad particular de quienes pertenecen a una sociedad determinada, sus valores responden a la preservación del conjunto del que forman parte y les es significativo. La visión cósmica teocrática resignifica al universo, a la tierra y a la naturaleza por medio de una genealogía mítica que establece actos fundacionales y dicta normatividades socio-religiosas que dan sustento al ejercicio de doctrinas, ritos y liturgias.
La otra vertiente para explicar el sentido religioso de la especie es la concepción inter-temporal del humano, es decir, una percepción temporal que vincula el pasado-origen, la vida-transcurso y el futuro-fin. Por ello, desde la prehistoria, los sapiens sapiens empezaron a enterrar a sus muertos en un lugar específico como una forma de preservación.
En efecto, la cosmovisión en las organizaciones sociales primigenias relacionaba la vida-muerte, el principio-fin con los fenómenos de la naturaleza. Los sistemas explicativos se constituyeron en creencia, en símbolo, en código, en rito; un conjunto de comportamientos y manifestaciones organizativas que institucionalizaron el sentir ontológico e hicieron coherente la concepción inter-temporal. Así, la religiosidad otorgaba a la cotidianidad su razón de ser y permitía solventar las crisis que ésta conlleva. Desde otra perspectiva, Luckmann considera que las representaciones religiosas son objetivaciones sociales que los individuos internalizan de manera inconsciente. Ellas se utilizan para significar y darle sentido a las diferentes catarsis que las personas enfrentan durante su vida cotidiana.
De acuerdo con nuestro planteamiento, la religiosidad es producto de la razón porque requiere explicar los fenómenos naturales y el sentido del tiempo. En la historia de la humanidad se ha manifestado en muchas modalidades territoriales, en sistemas politeístas o monoteístas, y ha existido al margen del poder, o bien, lo ha servido y legitimado.
En la historia del cristianismo primigenio, su fundador propuso separar el poder religioso del civil: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.” Posteriormente, en el siglo IV d. C., se orientó a legitimar y ser legitimado por el poder civil en el Imperio Romano de Occidente. Por último, las revoluciones liberales del siglo xix consolidaron la supremacía del poder civil sobre el religioso en Occidente.
Desde una perspectiva histórica, la religiosidad cristiana en Europa fue resultado de la escisión del judaísmo, transitó de la oposición al mismo a la condena del politeísmo romano. Se constituyó en la religión de Imperio Romano de Occidente en el siglo IV. Mientras no fue una religión de Estado, integraba conversos mediante una labor proselitista; cuando logró ser la religión del imperio, buscó herejes y herejías. Desde entonces mostró su naturaleza intolerante. Persiguió desde el poder cualquier modalidad religiosa: cristianos que no reconocían a la Iglesia Romana, principalmente los arrianos, a los politeístas, a los maniqueos, a cualquiera que cuestionara la estructura eclesiástica o se opusiera al monopolio de intermediación con Dios. No obstante, en todo momento favoreció los sincretismos locales, con lo cual generó una estructura distinta en cuanto a su acercamiento al Dios único. La escala de acompañantes iba desde los arcángeles hasta los santos. Así, cuando el cristianismo occidental consolidó su poder institucional en Roma, se constituyó en un monoteísmo ecléctico porque reconfiguró e integró las diferentes creencias prevalecientes en los territorios que conservó el Imperio Romano de Occidente…

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